La Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena se creó el 24 de febrero de 1960 como una biblioteca especializada del Instituto de Asuntos Financieros del Ministerio de Hacienda, en la calle Obispo No. 160 e/ Mercaderes y San Ignacio, La Habana Vieja, con el objetivo de cubrir las necesidades de información para los alumnos que cursaban estudios financieros y los trabajadores del propio ministerio. Esta institución tuvo como antecedente la existencia de una sala con igual nombre que ofrecía servicios bibliotecarios públicos desde el mismo instituto para solucionar las demandas de información de los habitantes de la localidad.
En 1965 el Ministerio de Hacienda recesó en sus funciones y el edificio fue ocupado por el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), pero se mantuvo la Sala Rubén Martínez Villena ofreciendo similares servicios a la comunidad.
Al desintegrarse el INRA en 1967 la sala adquirió rango de biblioteca pública y pasó a formar parte de la Red de Bibliotecas Públicas del Consejo Nacional de Cultura, actual Ministerio de Cultura. A partir de 1980 cambia la estructura de la biblioteca. Desaparecen las colecciones especializadas, se hace más fuerte el trabajo con las escuelas y centros laborales de la zona y alterna los servicios de información con la labor de asesoría y orientación técnico metodológica a las bibliotecas de la Capital.
Con la creación de la Dirección de Bibliotecas sufrió nuevos cambios en su estructura en el sistema de control de usuarios y en los servicios de información. En 1985 fue designada oficialmente como Biblioteca Provincial y centro rector del Sistema de Bibliotecas Públicas de Ciudad de La Habana.
En el verano de 1998, el 23 de julio, reabrió sus puertas en una nueva sede ubicada donde se encontraba años atrás la Embajada norteamericana en Cuba, en la histórica Plaza de Armas del Centro Histórico de La Habana Vieja, como resultado del auspicio de la Comunidad Autónoma Española de Castilla y León en colaboración con la Oficina del Historiador de La Habana.
La actual sede (antiguo Edificio Horter 115), cuya fachada se integra armónicamente al conjunto arquitectónico del entorno, cuenta con un confortable y funcional edificio de espaciosas áreas y salas de lectura distribuidas en cuatro plantas, donde el usuario o visitante puede acceder a servicios de corte tradicional y/o electrónicos y al uso de un fondo bibliotecario de variadas temáticas y títulos en soportes diversos.
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